Los ruidos más molestos

En nuestro día a día, el tráfico en ciudades bulliciosas y la concentración de mucha gente en la oficina es lo que genera un mayor rechazo para nuestros oídos. Por la noche, cuando queremos descansar en casa, el ruido de los vecinos puede alterar nuestro sueño. Hoy, en el blog de Hifi Center, repasamos los sonidos que más nos molestan.

Los especialistas en audición señalan que el ruido que se genera por la circulación de vehículos en las ciudades es el que más irrita a nuestros oídos. Después, se sitúan los que emanan de las maquinarias de obras, de las sirenas de policía, bomberos y ambulancias, así como de los de bares y discotecas.

En nuestro entorno laboral también encontramos muchas situaciones molestas relacionadas con los sonidos. A la cabeza se sitúa el ruido generado por un exceso de gente hablando o realizando las tareas relacionadas con su trabajo. El sonido del teléfono es algo que nos irrita con frecuencia, el timbre de la puerta de la oficina o el teclado de otros compañeros.

Esto en la calle y en el trabajo. Pero cuando llegamos a casa después de un día largo y queremos descansar, nos molesta que los vecinos tengan alto el volumen del televisor o del equipo de música, el ruido de la aspiradora u otros electrodomésticos, o que estén hablando más alto de lo normal. Si queremos dormir, los ronquidos también nos sobresaltan, así como el ruido que se cuela por las ventanas desde el exterior, ya sea procedente de locales nocturnos, o de vehículos con sirena o con la música alta.

El ruido tiene efectos nocivos sobre nuestra salud que no debemos pasar por alto. En general, el exceso nos genera, por encima de todo, irritabilidad. Estrés, problemas de concentración e insomnio son los otros efectos más comunes sobre nuestro organismo.

Los expertos coinciden en que reducir el ruido nos puede ayudar considerablemente a tener una mejor salud. En concreto, nuestra concentración y rendimiento en el trabajo puede aumentar. En casa podemos relajarnos y aprovechar las horas de sueño para lograr un descanso de calidad. Y en la calle reducir nuestra ansiedad e irritabilidad.

Y, sobre todo, controlar el ruido supone lucha contra la contaminación acústica, un asunto de vital importancia del que hablamos en este post